Esparce octubre, al blando movimiento
del sur, las hojas áureas y las rojas,
y, en la caída clara de sus hojas,
se lleva al infinito el pensamiento.
Qué noble paz en este alejamiento
de todo; oh prado bello que deshojas
tus flores; oh agua fría ya, que mojas
con tu cristal estremecido el viento!
¡Encantamiento de oro! Cárcel pura,
en que el cuerpo, hecho alma, se enternece,
echado en el verdor de una colina!
En una decadencia de hermosura,
la vida se desnuda, y resplandece
la excelsitud de su verdad divina.
del sur, las hojas áureas y las rojas,
y, en la caída clara de sus hojas,
se lleva al infinito el pensamiento.
Qué noble paz en este alejamiento
de todo; oh prado bello que deshojas
tus flores; oh agua fría ya, que mojas
con tu cristal estremecido el viento!
¡Encantamiento de oro! Cárcel pura,
en que el cuerpo, hecho alma, se enternece,
echado en el verdor de una colina!
En una decadencia de hermosura,
la vida se desnuda, y resplandece
la excelsitud de su verdad divina.
Juan Ramón Jiménez
Muy chulas tus hojas. Me gusta así de sencilla, sólo las hojas y su sombra.
ResponderEliminarUn abrazo.
Este año por aquí tenemos un otoño muy largo, alegra la vista...
ResponderEliminarSaludines.
Oh, qué maravilla!!! Bravo Larissa! Es preciosa!
ResponderEliminarAcompañada de una bella poesía.
Un abrazo.
Muchas gracias Joshemari, me alegro que pases por mi blog.
ResponderEliminarun abrazo para ti también.
Estupendas hojas. Has conseguido una interesante mezcla de colores.
ResponderEliminarSaludos
Me alegro mucho que te hayan gustado. Esta vez no tuve mucha pelea con la foto, salió a la primera.
ResponderEliminarun abrazo